El otro día leía esta noticia y he de decir que me alegro enormemente de que este sea un negocio rentable en España y al parecer, cada vez más en el extranjero.
La única cosa que hace que mi elección de estudiar en Granada no haya sido un auténtico desastre y el mayor error de mi vida, es precisamente haber estado durante 4 años en un Colegio Mayor, concretamente en el Jesús-María (“Chus Mery” para los amigos… jeje). Fue una experiencia increíble y tremendamente enriquecedora.
No sólo durante esos años hice múltiples amistades que serán para toda la vida y conocí a quien hoy es mi pareja (un Loyolo, sí, como manda la tradición… jeje), sino que afiancé valores tan importantes como lo son la amistad, el compañerismo y la generosidad, y además me ayudó a mejorar mis capacidades para trabajar en equipo y dirigir, coordinar y organizar actividades y proyectos. El Mayor fue mi hogar durante 4 años, mis compañeras, las monjas y el resto del personal fueron mi familia, y sus directrices y las actividades (tanto formativas, como deportivas y culturales) que allí se llevaban a cabo, me enseñaron una forma responsable y sana de llevar mi vida.
Un Colegio Mayor es mucho más que una habitación en un edificio en la cual duermes, estudias y charlas con tus compañeras, y cuando pasan “x” años o terminas la carrera, te vas y ya está. Un Colegio Mayor es un lugar en el que convivir con otras personas que están en tu misma situación y están pasando por una experiencia vital tan importante como es la formación universitaria; es un lugar en el que hay que involucrarse en la vida de todo el Colegio para ayudar a que las cosas vayan bien y también, ayudar a que vayan mejor; es un lugar en el que crecer como persona, compartiendo tantos momentos de tu vida con gente tan igual y a la vez, tan distinta a ti, y también crecer a nivel formación, debido a la gran cantidad de actividades que en él se organizan que contribuyen a complementar la formación de los colegiales (seminarios, conferencias, mesas redondas…); cómo no, es un lugar en el que te diviertes y aprendes a hacer cosas nuevas, en las que además, pasas un buen rato con los compañeros, como pueden ser los deportes, el teatro, las clases de baile… Y por supuesto, es un lugar para estudiar y para ello, además de las habitaciones, se cuenta con una biblioteca en la que los colegiales, además de estudiar, pueden consultar bibliografía.
No puedo hacer otra cosa más que alegrarme porque este negocio sea “rentable” y desearle que sobrevivan muchos años más, pues es una experiencia inolvidable para cualquier persona que haya pasado por él y totalmente recomendable para todo universitario. Sin duda alguna, mi experiencia en el Colegio Mayor, fue mi verdadera experiencia universitaria. Así que desde aquí, mostrar mi agradecimiento a todas las personas que lo hicieron posible y mandar un fortísimo abrazo, cargado de cariño para toda la gente que compartió conmigo esos años y para el Colegio Mayor Jesús-María de Granada.